Corría el año 1923 cuando se firmaba el acta de fundación de la Unión Deportiva Salamanca en las mesas del Café Novelty, en la Plaza Mayor de Salamanca, por su fundador y primer presidente, D. Federico Anaya, alcalde de la ciudad.
Con 89 años de historia nos enfrentamos a una situación económica y deportiva muy delicada y es necesario que la sociedad salmantina despierte del letargo en que estamos sumidos, no puede ser que permanezcamos impasibles una vez más.
Recuerdo mis primeros sueldos trabajando en la `Azucarera´, hoy desmantelada. Una provincia agrícola pierde un gran número de puestos de trabajo, directos e indirectos y la rabia me invade.
Recuerdo la vista a la fábrica de rodamientos Nachi acompañado de mis alumnos. En ella se les explicaba las posibilidades de un futuro laboral. Hoy esa posibilidad ya no existe, pues también se desmantelo y mi rabia aumenta.
Mi amigo Manolo, socio de la Peña Blanquinegra, me recuerda otras fábricas que “desaparecieron” de la faz de la tierra salmantina, entre ellas, Moneo (de fundición y metalistería), Tejisa (fábrica de zapatillas), González de Rey (fabricante y comercio de muebles con gran prestigio en toda España), Curtidores Los Herreros, Redondo (fabricante de lanas), La Veneciana Cristalerías y una interminable lista de puestos de trabajo que desaparecieron con el inmovilismo salmantino.
Muchos dirán que no se puede comparar las empresas citadas con la UDS, cada cosa en su sitio, pero la UDS no es sólo un club de fútbol profesional, es una entidad deportiva que se compone de una base de jóvenes futbolistas que ocupan su tiempo libre en una actividad que les aleja de la soledad de los juegos en las consolas o de hábitos perjudiciales para la salud, como el tabaco, el alcohol y otros más graves. A cambio, les forma en el respeto a los reglamentos, trabajo en equipo, amistades que se conservan siempre, conciencia de alimentaciones equilibradas y un largo etcétera que todos conocemos. Es una empresa que no sólo contrata futbolistas, tiene detrás del césped del estadio a muchos trabajadores: administrativos, jardineros, taquilleros, personal de control de entradas, de limpieza, de seguridad, de prensa, utillero, técnicos, fisioterapeuta, médico...
Despertemos de una vez. La Unión Deportiva Salamanca no puede dejar de seguir escribiendo una historia con tan sólo 89 años. Todos podemos aportar nuestro granito de arena por la `Salvación de la Unión´: los principales accionistas chocando sus manos y enterrando rencillas que limiten el acuerdo, el comercio y la hostelería creando y apoyando medidas de colaboración, las instituciones no pueden permanecer impasibles (cabe recordar, en este momento, que el fundador de nuestro amado club fue el alcalde de nuestra Salamanca, en aquel bendito 1923).
El domingo 15 participaré con toda mi familia en la marcha a favor de la salvación de la Unión, estaré a las 16 horas a las puertas del Novelty en nuestra magnifica Plaza Mayor y caminaré junto a otros salmantinos que amamos a Salamanca y queremos más empresas en nuestra ciudad para no partir en busca del pan que alimente nuestra bocas. Quiero a la Unión Deportiva Salamanca por la ilusión que genera cada inicio de un nueva temporada, luego de las risas o los llantos, pues así es el deporte: unas veces se gana y otras no. No quiero oír disculpas de los que no nos quieren acompañar, respeto a los que no tengan el mismo sentimiento que el mío, pero no quiero ver resignados que no mueven sus manos ni por esto ni por nada en defensa de esta histórica ciudad, pues Salamanca es mi tierra, con un arte y sabiduría sin igual.
Quiero pediros que nos acompañéis. Si pensáis que debemos defender lo nuestro, juntos lograremos ser tenidos en cuenta en esta y en muchas más reivindicaciones de esta nuestra sociedad salmantina y tendremos la recompensa de sentirnos orgullosos de ser salmantinos.
Gracias por vuestra amistad y comprensión.
¡Hala Unión!
Emilio García reclama el apoyo de Salamanca para el Salamanca. /Salamancaactualidad.com
Magnífica carta, Emilio. Estoy de acuerdo contigo, tenemos que luchar por nuestra ciudad, porque nadie de fuera lo hará por nosotros. Hagamos UNIÓN y salvemos a la UNIÓN.
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