martes, 14 de febrero de 2012

La verdadera Unión

Como cada día de partido en casa, Pepe y Marisa acudirán este domingo al estadio Helmántico a animar al equipo de sus amores. Y lo de sus amores es en sentido literal.

Este matrimonio de unionistas se conocía gracias a la Unión Deportiva Salamanca. Naturales de la provincia charra, en 1980 vivían en Bilbao y coincidían en un encuentro que la UDS jugaba en San Mamés. “Fui a verlo con el hermano de una amiga mía, que a su vez iba acompañado del que ahora es mi marido”, relata Marisa.

Y habría que preguntarse si el portero de la Unión, es decir, el arquero, se llamaba Cupido porque el flechazo tenía más importancia que el marcador. “Creo que el Salamanca perdía 2-1, pero no lo recuerdo”, asegura Marisa.

Eso mismo le pasa a Pepe. ¡Quién le iba a decir que la mujer de su vida estaba en un campo de fútbol! “En algún sitio había que conocerse, aunque no es tan común como en un bar o en una fiesta”, afirma.

`El fútbol los cría y ellos se juntan´, habría que decir. Por eso, un año después de conocerse en `La Catedral´, se casaban (ella de blanco y él de negro para honrar a los colores del Salamanca). Constituida su unión, seguían siguiendo a la otra Unión: “Íbamos a verla jugar en Bilbao, en San Sebastián, en Santander y en Burgos, cuando iba fenomenal y cuando estaba abajo”, rememora la pareja.

Y es que el balompié es como un matrimonio: tiene momentos buenos y malos. Uno decisivo en la vida de Pepe y Marisa era el regreso a Salamanca, donde viven desde el año 2000. Algunas de sus riñas las crea la UDS. “Cuando pierden, me enfado mucho y descargo con mi esposo”, cuenta ella. “En el campo, yo animo más, pero las críticas se las tiene que aguantar su persona de confianza”, bromea él.

Marisa es tan forofa que lloró en el penúltimo descenso a Segunda B. Cuando se regresaba a Segunda, saltaba de la grada al césped para estar cerca de sus ídolos. Tanto su marido como ella idolatran a Jorge D´ Alessandro y han transmitido los genes unionistas a sus dos hijos, que también son socios del Salamanca: “Es lo que han visto en casa desde su nacimiento”.

Desde que Pepe y Marisa nacían estaban destinados a conocerse en un partido de la UDS. Si tuvieran que volver a pasar por la vicaría, ¿se casarían en el Helmántico? “Sí”, responde convencida la mujer. “Si ella lo dice, habría que hacerlo”, contesta el hombre.

La luna de miel sería el ascenso del equipo. Eso sí que quitaría penas a muchos. Pero si buscas pareja, Pepe y Marisa lo tienen claro: lo que necesitas es... Unión.

Hoy hemos celebrado San Valentín con esta historia de amor... por el deporte. /Fotolog.com

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