miércoles, 27 de abril de 2011

La entrevista más íntima del seleccionador

Año 2003 ó 2004. ¿Primero, Segundo de carrera…? No lo recordamos bien. Parte del temario, con el paso del tiempo, tampoco. Hay asignaturas que parecen similares y desconocemos quién o quiénes las explicaban. Quizás fueran todos los profesores, porque al fin y al cabo, todos tenían la misma intención. ¿Suspendernos? No, hombre (o mujer), no; formarnos como periodistas (ahora está de moda en todos los ámbitos decir que también como personas, así que añadimos este otro objetivo). Por eso, entre unos y otros nos detallaban, a través de su experiencia o conocimiento (no tienen por qué ser lo mismo) cómo tiene que ser una entrevista de personalidad o carácter, esas que comúnmente se denominan `íntimas´.

Para llevarlas a cabo (consultamos los apuntes), hay que prepararse un guión y estar documentado porque se trata de encontrarse en un plano de igualdad con el entrevistado sin dejar de escucharle y mirarle a los ojos. Como primera aproximación teórica, no está mal. Sin embargo, a la hora de ponerlo en práctica, puede haber variaciones. El periodismo es inexacto y subjetivo, puesto que lo que a uno le entusiasma, a otro le puede resultar horrible. Por eso, la división entre entrevista informativa, interpretativa o de personalidad, llega a ser inexistente en múltiples casos. Aún así, hay que respetar los puntos anteriormente descritos. Cobrarás lo mismo lo hagas así o no, pero ya que te has metido en este mundillo, trata de hacerlo como dictan los cánones.

Eso es lo que hay que intentar independientemente de la posición social del entrevistado (protagonista) y de su forma de ser y comportarse, y eso es lo que intentábamos hoy con el salmantino José Ignacio Hernández (seleccionador de España de baloncesto femenino, entrenador del Wisla de Cracovia y primer técnico en ganar la Liga con el Perfumerías Avenida). Jesús Quintero hubiera bajado la intensidad de las luces del estudio, al que habría impregnado del humo de un cigarrillo (si es que la Ley Antitabaco le permitiera seguir fumando en un centro de trabajo). Nosotros no llegamos a ese punto, pero creemos que Hernández se marcharía para casa escuchando en su subconsciente la letra de la canción `Cuídate´, de La Oreja de Van Gogh: “Ven y siéntate cerca…”

¿La razón? Que nada más iniciar la entrevista, el mezclador de micrófonos (aparato que permite juntar los sonidos procedentes de varias señales acústicas) prefería dejar de trabajar, estropearse y meternos en un aprieto. En plena primera respuesta del entrenador, cambiamos los “micros” de orden, creyendo que sólo funcionaba desastrosamente uno. Pero no. Total, que rodeamos a José Ignacio de todos los que teníamos en el estudio… ¡y zas! El único que iba es el que estábamos utilizando nosotros. ¿Solución? Compartir micrófono. Con una grabadora, es sencillo; con una “esponja” enchufada a una mesa, es complicado. Así pues, tocaba aproximar nuestras posiciones y dejar para otro momento el ángulo recto que formaban nuestras sillas. A través de la misma “alcachofa” salían las preguntas y las respuestas con escasos centímetros de distancia entre entrevistador y entrevistado. Menos mal que gustamos de cuidar nuestra higiene…

Para los oyentes, estas situaciones pueden resultar imperceptibles. Debido a ello, quizás no escucharan el intercambio de micrófonos y a algún técnico de sonido “invitado” a entrar en la sala para buscar la solución al problema.

José Ignacio Hernández reconocía, entre risas, que era la entrevista más íntima que le habían realizado. ¿Sería por eso por lo que se soltaba y nos ofrecía alguna interesante declaración? Esta cómica escena también nos dejaba dos conclusiones o moralejas: en la vida, como en el deporte, hay obstáculos que superar y jamás hay que rendirse, aunque hay que cuestionarse todo, porque aunque no se vea (la radio no es la televisión), detrás de algo aparentemente normal puede existir una curiosa historia…

A José Ignacio Hernández le ha tocado compartir micrófono... /Prodep.com

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